Total, que dejaran de asustarse iba a ser un poco difícil. En primer lugar, porque los yanquis ya se asustan ellos solitos: casi no les hace falta que los alienten. Y segundo, porque todavía andaba, anda y andará suelto el ASESINO DE BASELINE , que era el segundo serial killer del que quería hablaros. Vamos, tampoco me voy a extender mucho sobre este tema, porque me disgusta darle yo importancia a algo en lo que ellos, claramente, se pasan tres pueblos. Y no me refiero precisamente a lo terrible de los delitos, sino a lo enfermizos que se ponían los medios de comunicación con todo este tema. La movida es que este era un tío desconocido, un cualquiera, como podéis ver en el retrato robot, un tipo hispano disfrazado de Bob Marley (de Bob Marley no lo sé, pero disfrazado parece que sí iba), que también era conocido como el violador de Baseline. Baseline es una calle longitudinal que queda al sur de Tempe (justo debajo del Arizona Mills Center) y recorre también el sur de Phoenix y el de Mesa y en la cual operaba este monstruito. El tipejo, por lo visto, vigilaba a sus víctimas, que todas ellas vivían a unos bloques de distancia de la calle Baseline, hasta que por fin se decidía a violarlas y matarlas. Creo que alguna había sobrevivido, de ahí que hubieran podido hacer el retrato robot. Este también parecía actuar una vez anochecido, así que, las noches arizónicas al aire libre se convertían en algo de lo más animado.
En realidad, como posteriormente se demostró, toda esta historia del asesino en serie era un poco etrusca, porque se le atribuían al mismo tipo mogollón de delitos, desde cruentas violaciones, asesinatos, hasta pequeños robos, atracos y demás ocurridos entre septiembre de 2005 y este año. Además se detuvo a un fulano en septiembre que parecía ser el autor de dos de los delitos (¿cómo podía ser sólo autor de dos de ellos, si todos –había 8 o 9 homicidios- se atribuían al mismo tío?), y de nuevo volvieron a salir por la tele el alcalde de Phoenix, el jefe de policía (o sheriff, como lo queráis llamar) y hasta perico el de los palotes, haciendo discursitos que vislumbraban que ninguno de ellos tenía ni la más remota idea. A mí me da que no ellos lo tenían claro, pero lo de tener a un Baseline killer al que perseguir les daba su razón de ser.
En fin, poco más puedo contaros sobre este tema. Como Pablo decía, probablemente ese tío ya esté en México (y luego dirán que los yanquis no les han hecho un favor a los mejicanos con lo del muro… ¿No será que lo han construido para evitar que los asesinos en serie y defraudadores de impuestos yanquis se cuelen en México como pedro por su casa? Va a ser eso...) o en cualquier otro estado o qué sé yo, pero vamos, muchas pruebas no parece que tuvieran para seguirle el rastro. A pesar de eso, no me cabe la menor duda de que sigue siendo el tema central de los telediarios en el canal local y su careto robot sigue jalonando todos los autobuses de la red de Phoenix.
(Fotos: 1) Cartel de "Se busca", al más puro estilo americano. de www.amw.com, 2) Retrato robot ampliado de la wikipedia, del 28/11/2006)
5 comentarios:
Supongo que el poder de la sugestión es brutal y por mucho que intentes abstraerte de este tipo de temas porque "Los Yankees son asín" al final te afectan si estás todo el día con alguien machacandote con lo mismo.
Creo que uno de los comentarios más inteligentes que he oido sobre la cultura del miedo que cultiva la sociedad americana se la oí a Marilyn Manson en la película "Bowling for Columbine". Decía algo así como que la ente con miedo consume y no piensa ni en por qué consume ni en los problemas que tiene.
Un saludito y ánimo con el blog que te seguimos leyendo.
No, no, si eso está claro. Pocos días después de enterarnos de todas estas historias, yendo hacia la universidad a pata, vimos que no éramos los únicos en la calle, también venía un tío "mu sospechoso", vestido de oscuro y con las manos metidas en los bolsillos (y allí, lo que pudieran tener en los bolsillos no molaba ni un pelo), a unos metros detrás de nosotros. Primero aceleramos el paso, y vimos que el tío hacía lo mismo. Luego cambiamos de acera, y el tío, detrás... Total, que cuando llegamos al primer lugar en el que había un centro comercial, allí que nos metimos.
Probablemente, el tipo ese no pensaba hacernos nada, o quizás sólo atracarnos (yo, de ser él, también lo hubiera pensado: con la pinta de guiris que teníamos, era como pa atracarnos ¿¿¿a quién se le ocurre ir andando por la calle???), pero chico, uno ya se imaginaba cualquier cosa, como que el asesino de Baseline había ampliado su radio de acción...
Lo que dices sobre el comentario de Marilyn Mason... Yo creo que el hecho de consumir allí en EEUU es inherente a si mismos, inherente a sus barras y estrellas, es un medio, una causa y un fin en si mismo... Lo del miedo es un factor más, pero no el único... ¡¡¡Y pensar que hay determinados programas en la tele española que desean con todas sus fuerzas provocar efectos parecidos aquí!!! ¡¡¡Y pensar que a veces lo consiguen!!!
Y sin embargo, me ha gustado la frase de Pablo sobre que mira por la ventana ahora y siente un gran alivio. A mí también me pasa. Aquí no me siento encerrada, encarcelada. Allí, aunque uno perdiera el miedo (al final se perdía, si no veías los telediarios), el miedo de los otros impregnaba el ambiente.
Por lo demás, ¡¡¡¡gracias Ruth, por animarme a continuar!!! A veces me pregunto si todavía seguís ahí...
Oye, tu sigue con el blog, que esta muy bien, joe, que me recuerda muchas cosas. Y además ya va quedando menos para que se acabe toda la narración... aún queda lo de la otitis, Las Vegas, el Cañón..
Además de para embobar a la gente, los cuentos para no dormir les sirven a los fiscales, políticos, etc. para fingir que hacen algo que luchan contra la delincuencia y todo ese rollo. Es mucho más fácil que intentar buscar soluciones reales a los problemas...
Y en cuanto a lo de consumir... ¡ojalá fuera solo cosa de las barras y estrellas! Cada vez es más cosa roja y gualda también. Es mucha la presión que nos meten a todas horas para que nos sintamos gilipollas si no tenemos una tele de plasma de 200 pulgadas, que no cabría en nuestros apartamentos "de lujo" y no nos compramos trapitos todo los días (no sé si se nota pero esto del consumismo me tiene un poco obsesionado últimamente).
¡Hey! ¡Miguel! ¡Tú por aquí! ¡Oye, gracias por visitar mi blog!
Respecto a lo que dices, siempre me hace gracia lo de los compradores compulsivos de teles de plasma, porque estoy segura de que dentro de unos años, se llevarán un palmo de narices cuando se les estropee la bendita tele y se les difumine la imagen... ¡¡¡Ya verás tú cómo se van a reir!!!
En fin, está claro que aquí no estamos a salvo de estas historias, cada vez menos, pero creo que no todoooo absolutamente nos mueve por el consumismo... Los yanquis dan la sensación de ser productos comerciales en sí mismos... ¡Su vida es puro consumo!
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