martes, 2 de octubre de 2007

Myst


Como ya sabéis, hacía tiempo que habíamos terminado conjuntamente el Black Mirror. Después, Pablo se puso a jugar al Broken Sword, cosa que tenía pendiente desde hacía un montón de tiempo (mira que yo le había insistido, pero hasta nuestro retiro arizónico, no se puso en serio). Durante la mayor parte del juego, yo estaba trabajando, y Pablo me pedía que le diera pistas de vez en cuando, aunque se lo pasó rápidamente (el Black Mirror fue una buena práctica para él… Las aventuras gráficas tienen su propia lógica interna: cuantas más juegas, mejor se te da, aunque hay algunas que seguirán siendo imposibles de superar aplicando sólo la lógica… Mmmm, estoy pensando en el Día del tentáculo, por ejemplo)… Cuando Pablo acabó el Broken Sword 1, necesitábamos otra aventura gráfica como continuación... Dio la casualidad de que comprobé el ticket de compra del Broken Sword 3 (no sé si recordáis que me lo había comprado en inglés y me había arrepentido, porque prefería tenerlo en versión doblada) y estaba a punto de caducarse. Así que decidimos volver al Fry’s Electronics a cambiarlo por otra aventura.

Anteriormente, había hecho un pequeño sondeo entre los aventureros de Meristation, para preguntarles qué aventura me recomendaban… Muchos de ellos mencionaban la saga del Myst (aquí podéis leer lo que me recomendaban), aunque Rosela ya me dijo que a ella los Mysts le aburrían un poquitín… En fin, al final me decidí, porque vendían los tres primeros Mysts (hay cinco y secuelas) por sólo 19,90 $ y leí en la Wikipedia que había sido toda una revolución en el mundo de los videojuegos... No me convencía mucho el hecho de que fuera en primera persona (ya sabéis, esas aventuras gráficas en las que uno no se ve a sí mismo, sino que se ven las cosas como si las estuviéramos viendo con nuestros propios ojos); en general, prefiero ver al personaje al que dirijo…

Pues eso, los juegos del Myst van todos un poco de lo mismo, aunque, después de haber jugado, tampoco os creáis que yo lo tengo muy claro. Se supone que uno es un tipo que acaba en una isla desierta, que no está muy ubicada en el espacio, y mucho menos, en el tiempo... El juego consiste en descubrir de qué va la cosa, así que, como nosotros no lo acabamos, no sé muy bien qué contaros.

Como ya os digo, una de esas tardes tontas, cogimos el autobús hasta Baseline (donde el asesino de idem) y fuimos hasta el Fry’s Electronics. Jo, la verdad es que para devolver el Broken Sword 3, casi me piden un análisis de sangre… ¡¡¡Qué gente más antipáticamente meticulosa!!! El tío me interrogó, en el mismo tono que el empleado de inmigración, sobre las razones de la devolución del juego, y casi me hizo sentir culpable por estar devolviéndolo… El tipo nos tuvo un buen rato allí, hasta que nos firmó el papelito de devolución. Después, como ya lo llevaba pensado, cogimos el Myst, y nos fuimos rápidamente (con el tiempo, íbamos aprendiendo a hacer las cosas rápido y a no entretenernos: ¡el tiempo se guarda para los desplazamientos en bici, que es donde se gasta!). Después, nos pasamos por un Fry's normal pa comprar un poco de comida (no demasiada: sólo pa sobrevivir hasta el día 19, día en el que nos iríamos por fin a Las Vegas) y allí nos cruzamos con una pareja de españoles (fíjate tú qué cosas: irse a tomar por culo pa encontrarse con compatriotas…) pero no les dijimos nada, porque no estábamos seguros de que fueran españoles (Si no, sí les habríamos dicho algo…). Será porque estábamos distraídos con los españoles esos, pero nos equivocamos y compramos jalapeños, cosa que nos traería problemas cuando los cocinamos…

Después de la comprilla, nos fuimos pa casa, pedalea que te pedalea, bajándonos convenientemente de las aceras cada vez que veíamos un coche de policía (en Baseline había montones, porque estaban ahí, ojo avizor a ver si, por casualidad, veían pasar al asesino con los ojos inyectaos en sangre y un cuchillo goteando en la mano), y haciéndonos los locos, a ver si nos iban a confundir…

(Fotos: Diferentes imágenes de los diferentes Mysts y un jalapeño).

4 comentarios:

eulez dijo...

El Myst no estaba mal... un poco dificil, pero estaría bien retomarlo.. después de terminar los Broken Swords, claro.

Es curioso lo que cuenta Julia al final del post acerca de los dos españoles. A mi me llamaron mucho la atención porque a 10 metros, dentro del supermercado, escuché una especie de ruido de gente hablando que sonaba a europeo. Sí, ya se que eso de "oir a europeo" suena raro, pero es así, era capaz de distinguir a gente que no hablaba en ese horrible acento nasal a metros y metros de distancia, sin entender nada de lo que estaban diciendo, solo un murmullo. La otra gran diferencia es que eran una pareja, como Julia y yo, que iban juntos, uno al lado del otro, como iguales, comentando lo que compraban y lo que estaban haciendo... esto es un poco dificil de explicar, pero es que los yankis de allí marcan mucho la diferencia hombre-mujer: los chicos con gorra de beisbol al revés, las chicas en plan barbie, los chicos compran cerveza, las chicas se atusan el pelo.. Pero estos eran de otra forma, claramente no norteamericanos. Efectivamente, luego nos los encontramos en la salida y creo que estaban hablando en catalán... nos quedamos mirando los 4 un momento pero no nos dijimos nada... Supongo que nosotros también les llamamos la atención ¡normal! ¡nosotros tampoco éramos yankis!

juliacgs dijo...

Sí, sí, introduces el tema de lo de las yanquis-barbies... Tengo que preparar un post para explicar la diferencia entre yanquis-vacas de milwaukee/v/yanquis-barbies... Que luego parecerá que me estoy metiendo con ellas porque están flacas o gordas, pero para nada: tendré buscar ejemplos para mostrar que lo de ser una vaca de milwaukee es más por bovina que por gorda (os recuerdo que también hay vacas flacas... Y en yanquilandia las hay de todos los tamaños)... En fin... Ya escribiré un post sobre esto, y sobre lo de los machitos/mujercitas también...

(Aunque llevo unos días sospechando que el único que aún sigues tú... ¡¡¡He logrado aburrir a tol mundo!!! :-C)

Ruth dijo...

Miguel y yo empezamos a jugar a uno de los Myst (creo que el tercero) y no pudimos con el, teníamos que mirar en internet a cada paso, porque los puzzles y rompecabezas que había que resolver, no es que no fueran evidentes, es que no había quien se imaginara que eso era algo que había que resolver... Ni siquiera tenías la sensación de necesitar ahcer nada, para que otra cosa funcionase.
Imagino que como dice Julia no tenemos demasiada experiencia en aventuras graficas, pero el caso es que nos pareció de lo más aburrido.

Me ha hecho mucha gracia el comentario de Pablo, me lo imagino cual perro cazador olfateando y levantando la oreja para escuchar a la gente en la distancia... de un supermercado americano.
Por otro lado, vuelvo a repetir, ¡Alucinante! ¿tan diferente somos en nuestras relaciones hombre-mujer?

juliacgs dijo...

Buah, qué va! Lo del Myst creo que pertenece a esos juegos en los que no te ayuda la experiencia. La razón de que nosotros lo dejáramos fue que nos atrancamos igual que vosotros (había que ir mirando casi a cada paso la ayuda... E incluso hubo un momento en el que no entendíamos ni la propia ayuda!)... Yo no sé si merecerá la pena retomarlo, pero a mí, la ausencia de hilo lógico en la historia no me gustó...

Uf, sobre lo que preguntas de la diferencia hombre-mujer podría escribir un tratado sociológico, y además, es una de las razones fundamentales por las cuales jamás me iría a vivir allí: no podría soportar vivir en una sociedad en la que las mujeres siguen siendo tácitamente un género declaradamente inferior, una minoría autoimpuesta y tienen que cumplir unos roles nauseabundos y obsoletos hasta decir basta... Mmm, voy a ir pensándome lo de escribir un post sobre el tema, pero eso será después de Las Vegas, que ya estoy metida en ello.