Otros días, cuando estábamos cansados (que era frecuentemente, porque no veáis lo cansado que era lidiar con el clima y los paseos kilométricos en bicicleta), y no teníamos nada que hacer en el campus, yo me quedaba en casa y él volvía a la hora de comer y… ¡También comíamos de lujo! (Chico, vaya por delante que mis abuelas gozan de buena salud, pero ¡tenemos bastante buena mano para la comida!): como la carne del supermercado era buena y barata, solíamos hacer carnes y Pablo cocinaba sus potajes (gracias a las legumbres de nuestro super ecológico... ¡Incluso a veces comíamos pescado! (la situación no era tan desesperada como en Alemania, en la que pasé verdaderos "monos" de pescado debido a que el pescado no parece existir en Alemania)… Salmón, principalmente, pero también comimos tiburón (que me resultaba muy exótico, aunque sí que sea muy común la sopa,yo no lo había probado...), y otras cosas que ni siquiera sé lo que eran... Está claro que no había tanta variedad como de carne, pero por lo menos había...
(Fotos: Como muestra, dos botones: 1) una carne en salsa que Pablo preparó -fue una de las primeras cosas que preparó, y casi lloramos de emoción mientras nos la comíamos, porque estaba realmente buenísima, y no tenía nada que ver con la comida enlatada que habíamos engullido hasta entonces- Otro día, yo preparé otra carne con salsa de cerveza que también me quedó muy buena, ¿verdad? Lástima que las fotos no huelan, porque el estofado de Pablo olía que alimentaba... 2) Una tortilla de espárragos trigueros con gambas... Esta foto la hice para colgarla en una página web en la que pedían una foto, pero perdí el enlace, así que la cuelgo aquí, que pa eso la hice yo!).
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