miércoles, 7 de febrero de 2007

The Gentle Strength Co-Operative: Nuestro supermercado ecológico

Ahora toca dedicar un post especial para un lugar especial, que ha sido un verdadero oasis para nosotros en Arizona.

El lugar del que os hablo es este Gentle Strength Co-operative, un supermercado de lo más poco habitual, pero también una filosofía de vida, porque, no sé si me creeréis, pero era uno de los pocos lugares en los que se encontraba gente con pinta “europea”, o por lo menos, “no tan americanos” (vamos, menos fritos-fritos-fritos, fritos de maíz).

En fin, tampoco es que el lugar estuviera tan fuera de lo normal: muchos de vosotros conoceréis alguna tienda de productos ecológicos por vuestro barrio o donde sea, pero chicos, en un lugar tan árido como Arizona, tan typical far, far west, como que no me habría imaginado un super así. Empezando porque había muchas bicis aparcadas en la puerta, no como, en general, en el resto de los supermercados tempeños (lógico, si uno va a hacer una compra mastodóntica, a millas y millas de su casa, normalmente no se va uno a hacerla sólo en bici, con una cestita como la mía… Normalmente claro).

Y sí, la verdad es que era como acercarse un poquito más a Europa. Aquel primer día, me acuerdo muy bien, encontré naranjas de Valencia en la sección de frutería (todo natural, por supuesto), y le compré unas cuántas a Pablo, pa que se pusiera bueno. ¡No tiene mérito, ni ná! ¡Comprar naranjas valencianas en mitad del desierto de Arizona!

Lo malo de este super era que muchas cosas eran excesivamente caras, sin mucho sentido. Por ejemplo, uno compraba con mucho gusto los huevos que corral, que salían mu buenos, pero el pan de molde, sinceramente, que era igualito, pero de pan integral, y que costaba casi 5 dólares el paquete, pues como que no tenía mucho sentido.

Otra cosa a la que nos aficionamos rápidamente fue a los deliciosos helados orgánicos de este super. No tengo ninguna foto (¡qué tonta! ¡tendría que haber hecho alguna, para haceros la boca agua!), pero a mí me encantaban los de vainilla y caramelo… ¡Ah, mira! ¡Sí! ¡He encontrado la página de mis helados favoritos! Los Julie's Organic Ice Creams. A Pablo le encantaban los sándwiches de chocolate de tofu. Oye, suena raro ¡pero eran adictivos!

No os he contado demasiado cómo era el supermercado por dentro, pero vamos os voy a poner muchas fotitos sacadas de su página web. Tenía muchas secciones diferentes: la más grande era la frutería-verdulería, que tenía bastante variedad, para ser todo fresquito (los tomates eran prohibitivos: costaban casi 6 dólares el kilo…, pero sí sabían a algo, ¡no como los de aquí!), también había otra sección en la que se podía comprar la pasta, y las legumbres al peso; otra sección consistía en una especie de botica en la que se podían comprar infusiones y aliños, también al peso.

¡Y la suerte que tuvimos que de aún estuvieran ubicados cerca del Downtown! Porque según he leído en su página web, se han mudado a la zona donde están todos los supermercados, a un local más grande ¡normal! Todos los supermercados juntitos, y todas las tiendas estúpidas juntitas también, Paris Hilton y Britney Spears juntas también, y los empollones asiáticos juntos y separados de los demás. En fin. Pura mentalidad americana.

Ya os iré contando otras cosas que compramos en este supermercado (y a las que acabamos aficionándonos), porque volvíamos allí casi cada semana.

(Fotos: 1) El símbolo del supermercado ¡muy adecuado, el lema, en nuestro caso!, 2) verduritas fresquitas venidas de todo el mundo: ¡desde las granjas autóctonas de Arizona, hasta Valencia, y lugares lejanos!, 3) Cosecha propia de la entrada del supermercado/cafetería. A la cafetería nunca llegamos a ir..., 4) Frutería/verdulería, con los carísimos tomates en primer plano, 5) Otra imagen de la verdulería, 6 y 7) Las colecciones de especias y de zumos y 8) Cosecha propia de la entrada del super. Las fotos que no son cosecha propia las he sacado de su simpática página web: www.gentlestrength.com).

4 comentarios:

eulez dijo...

¡Se me había olvidado! ¡Qué buenos que estaban los chocolates esos de tofu! Al principio sabía un poco raro, pero luego te aconstumbrabas y ya era el no parar, oiga. Muy bonito el post, me ha gustado mucho. Aqul era un sitio que estaba bien, también compramo garbanzos para hacer un potaje. Era el único sitio donde los vendían, ¿cómo se llamaban? little beans o algo así.

Dabidovich! dijo...

Muy interesante el post. Cada vez que leo los de vuestra estancia en EEUU consigues transportarme allí. En este ya me veía a mi mismo vagando por las estanterías del super. Ya me imaginaba yo que tendría que haber un contrapunto a los supermercados clásicos.

Aquí empieza a haber ciertos ejemplos de desintermediación para pedir, sobre todo, frutas y verduras directamente al productor. Los precios son algo más bajos y la calidad muy buena, pero hay que pedir en grandes cantidades.

¿Chocolates de tofu? ¡Qué curioso! Yo he probado batidos de frutas con leche de soja y estaban buenos.

juliacgs dijo...

Los garbanzos eran "chickpeas", pero había muchas otras legumbres que no llegamos a probar y que eran realmente curiosas, como los famosos "back eyed peas" que, efectivamente, existen, y son como una especie de judías blancas con una manchita que parece un ojo.

¡¡¡Gracias a ambos porque os haya gustao el post!!! (A Pablo porque le recuerdo las cosas y a David, porque lo llevo hasta allí ¡sin que haya estado!).

Sí, yo también había oído lo de las cooperativas de agricultores españoles, que es una grandísima idea, porque aquí los intermediarios se lo llevan tó, pero este sitio era más "pijo", en el sentido de que yo creo que tenía una función más publicitaria de los productos arizónicos naturales que otra cosa... A nosotros nos gustaba mucho este sitio... ¡Y nos sacó de más de un apuro!

Pronto colocaré otro post, ¡pa seguir con mi historia!

Tschüss!!

Ruth dijo...

Si son lo que yo pienso esas judias también se pueden encontrar aquí. Yo las he comido y la verdad es que no son muy diferentes de las judias blancas normales, lo único malo es que después de gisarlas te miran con ojos acusadoras, porque saben que después te las vas a comer...

Un beso, y sigue así.
Ruth