martes, 6 de febrero de 2007

Días de encierro

Pues como lo prometido es deuda, sigo con lo mío. Os había dejado cuando Pablo se desplomó en la cama, después de que le pusiera sus gotas para los oídos.

A partir de entonces, la cosa no cambió mucho: Pablo se pasó casi tres días enteros sobando: normal, a cualquiera le hubiera pasado lo mismo. Yo, mientras tanto, le ponía las gotas, hacía las comidas, veía la tele, buscaba algo de curro, y dormir, dormía poco porque la nevera hacía ruido y el sofa-camá no era precisamente cómodo (y yo pa esas cosas, como que soy muy maniática... Acostumbrada a dormir en Rivas, que es tan silencioso).

Al día siguiente de nuestra aventura (el día 2 de agosto), por la tarde, con Pablo durmiendo casi a tiempo completo, me decidí a darme un paseo en bici para explorar un poco más la zona que más “cerca” nos quedaba de nuestra nueva residencia… Por supuesto, esperé a que el sol bajara un poco, ¡tampoco pretendía achicharrarme! El problema era que si no se podía salir por la mañana o a mediodía porque te achicharras y tampoco lo puedes hacer cuando el sol se va completamente, ¿qué haces entonces? Pues básicamente, te quedas encerrao.

En fin, a eso de las cuatro de la tarde, que era cuando empezaba a bajar el sol un poco, me decidí a salir. Me dirigí por la calle 52nd hacia University Drive. No me acuerdo de qué día hacía aquella tarde, porque ese paseo lo hicimos infinidad de veces durante nuestra estancia. Al llegar a University Drive, torcí a la derecha, no hacia Phoenix, sino hacia el Downtown Tempe (aquí todo era seguir recto, o la alternativa de torcer a la derecha/a la izquierda).

Ah sí, me acuerdo que iba buscando un “badulake” (Uno de esos K-marts) porque necesitábamos pan de molde… Hubiera podido comprarlo en la gasolinera de la esquina, pero bueno, tampoco me venía mal pedalear un poco…

Ese primer día no di tampoco un paseo demasiado largo, ¡había muchos detalles que ver! (me refiero a detalles prácticos: dónde estaban los súperes, si había alguna farmacia –no la había- etc.), algunas de las cosas que vi fueron:

1) Muchos K-marts. No me paré en el primero que vi, porque como había muchos, decidí mejor pararme en el último, justo antes de llegar al Downtown.

2) Bastantes gasolineras, por lo menos dos o tres. Si no, ¿cómo os creéis que alimentan los yanquis a sus queridos cañoneros?

3) Dos licorerías, pero no lo que os estáis imaginando (quizás os estáis imaginando alguna licorería del estilo de la que aparece en LA Confidential… Tampoco eran así, ni como las españolas… Bueno, pensándolo bien, tampoco he estado en ninguna aquí). Estas eran dignas de la ruta del bakalao: una especie de naves gigantes, solitarias (como todo lo demás, ché), en las que sólo entraban algunos tíos gigantes que aparcaban camiones –presumiblemente, pa llenarlos de alcohol-, aunque nunca entramos en ninguna, así que no puedo deciros como eran por dentro (¡la verdad es que seguro que hubiera sido otra experiencia más pa contaros!).

4) Muchas urbanizaciones residenciales, sobre todo de pisos… Algunos de sus nombres me perseguían (recordad que antes de encontrar el hotel en el que al final nos quedamos, por poco me hice un master sobre las urbanizaciones de Tempe...), algunas de ellas un poquito más "puestas", y otras más cutrongas, dependiendo...

5) Algunos restaurantes de estos tipo “casita" (como el Mc Donald's que ya os enseñé), eran pizzerías, y cosas de esas…

6) Y luego, pues estaban las típicas aglomeraciones de tiendecitas, que se reproducían cada pocas millas, y se intercalaban con los edificios de industrias, enormes, pero de una sola planta (no olvidéis que allí toooodos los edificios son de una planta).

Entre las tiendas que me llamaron la atención, y que me apunté mentalmente que tenía que visitar, estaba un supermercado japonés, una tienda de 98 centavos, y ya al final de la calle, vi, al otro lado de la calle, un curioso cartel que rezaba “Food Market & Vegetarian Café” y que me llamó la atención.

Antes de cruzar la calle para calmar mi curiosidad sobre aquel supermercado, entré en el K-mart, me costó dios y ayuda preguntarle al fulano de turno dónde estaba el pan de molde (sí, hijo sí: BREEEEEEEEEEEAAAAAAAADDD!!!! ¡¡¡¡Eso con lo que se hacen los sándwiches!!!!)

(Fotos: 1) Yo, mientras tanto, me hacía autofotos en pijama y con mi camiseta del jueves de "A mí tampoco me invitaron a la boda real, pero la pagué con mis impuestos", jejeje; 2) Uno de los varios K-marts de University Drive, 3) Una licorería, 4) El Japanese Market del que ya os hablaré, 5) La tienda de los 98 centavos de la que también os hablaré, 6) El supermercado ecológico del que trata mi próximo post, visto desde el otro lado de la calle, como la primera vez que lo descubrí, no os equivoquéis el edificio que se ve detrás es uno de los dos con más de dos plantas de todo Tempe. Es un edificio del banco Chase, que está en el Downtown Tempe).

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