Cuando acabamos de comernos la mitad de la pizza (dos tragaldabas como nosotros, y sólo conseguimos zamparnos la mitad… El resto nos lo llevamos en una caja, lo cual resultaba la mar de económico, porque por una pizza de 21 dólares más bebida, hacíamos dos comidas), nos dirigimos al Computer Center, que estaba cerrado; así que de allí, fuimos a la biblioteca de derecho, que tenía una sala de ordenadores (exclusiva para los alumnos de derecho... En fin, la clave de Pablo funcionaba, y no había que identificarse... Así que nos saltamos un poquito las normas…). Pablo comenzó con el cachucheo del portátil (creo que ya habías resuelto el problema ¿verdad? y entonces comenzaste con un conveniente formateo, que le vino al Piripitoto de perlas), mientras yo trataba de lidiar con el infernal word en yanqui, que se pasaba los acentos por el forro (talmente)... Era terrible trabajar con ordenadores con teclado guiri (y eso que el yanqui es bastante estándar, salvo por los acentos y la hispánica eñe… Nada que ver con los infernales teclados británicos o franceses…), porque no podía poner acentos por medios naturales, y la mitad de ellos se escapaban a mi control… Mi velocidad de traducción se reducía muchísimo…
Ese día acabamos tardísimo, ¿qué serían? ¿las 10 o las 11? En el campus se respiraba ambiente festivo, por lo del comienzo del curso académico, e incluso creo recordar que estaban haciendo una fiesta (que tenía pinta de ser un pestiño yanqui) en el campo de fútbol. En fin, nosotros nos encaminamos prácticamente directos a casa por University Drive, para hacer escala en nuestra gasolinera de la esquina, donde paramos a comprar un par de tarrinas de helado (estos eran Ben & Jerry's), para consolarnos del día tan estresante que habíamos tenido… El chico de la tienda de la gasolinera miró mis adquisiciones –helado de triple chocolate y de chocolate con caramelo-, me miró comprensivamente, y me preguntó: “¿Qué? ¿Un mal día?” (me hizo gracia que se diera cuenta, pero se me debía ver en la cara).
Total, que después de la cenita y un poco de helado, nos fuimos a dormir, derrengados por la falta se sueño… Yo me temía que el sarao terrorífico nocturno se reprodujera aquella noche también, pero hubo suerte: sólo oímos unos cuantos ruidos de abrir y cerrar puertas, pero los animalitos del pasillo también debían de estar cansaos, o bien de juerga lejos de allí, así que pudimos descansar al día siguiente, en el que me tocaría meterle un buen empujón a la traducción que tanto se había retrasado, para su entrega tres días después.
(Fotos: 1) Teclado americano: Parece muy parecido al español, pero le faltan los detalles esenciales: la eñe y los acentos, 2) Una muestra de cubo de helado).
1 comentario:
¿Formeatee el piripitoto? Me parece que sí, verdad? Esta claro que lo deje limpio pero no me acuerdo si lo hice antes de irnos a Arizona. Si es así, en Arizona no lo volví a hacer... Que buenos estaban los helados con cookies y helado y chocolate... ñam!
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