sábado, 14 de abril de 2007

The housekeeping service

Otra de nuestras constantes en la rutina arizónica era el servicio de habitaciones, que por suerte, no era diario, sino semanal. La verdad es que a lo mejor os sorprende, pero no sé si hubiera preferido tener acceso a los útiles de limpieza y haberla hecho nosotros mismos, porque, si bien es verdad que las mujeres de la limpieza dejaban todo como los chorros del oro, el día que venían era todo un agobio, porque había que dejarlo todo listo para que pudieran limpiar a gusto...

Del servicio de habitaciones, se decía en las instrucciones del hotel:

One Full Housekeeping Service is provided for guests staying seven or more nights. Full Service includes dusting, vacuuming, changing linens and towels, emptying trash, cleaning of bathroom and kitchen, replenishing soap and toilet paper if needed and is performed once every seven days. Additional Full Service cleanings can be purchased at $10.00 per service.

Towel exchange is available at the Front Desk for guests staying one to six nights.

All guests can also purchase a Refresh Service at $5.00 per service. The Refresh Service includes replacing soiled towels, emptying trash, replenishing soap and toilet paper if needed, and making bed with existing linens.

Dishes are not washed during either service. Please contact the hotel directly for additional information regarding our housekeeping services.

Se pedía que no se dejaran trastos por en medio cuando viniera el servicio, así que todos los lunes nos poníamos las pilas y lo dejábamos todo recogido (la ropa toda guardadita, los platos dentro del lavaplatos, etc… Sí, es que normalmente no solemos ser muy ordenados…) porque el martes por la mañana se pasaban por allí, y había que desaparecer mientras ellas venían...

La lástima es que las del servicio de limpieza de este hotel no eran tan majas como las del Best Western… Más bien todo lo contrario: eran más bordes que bordes… Y por supuesto, no hace falta que lo preguntéis: estas también todas eran mejicanas, como las del Best Western, salvo una mujer mayor que era muy intrigante y que debía de ser india, por el aspecto… Pero en general, solían hacerse las suecas cuando se les hablaba, tanto si se hacía en inglés como en español (ya os digo yo, que lo de hacerse el sueco en este país es muy útil)…

Por lo demás, descubrí que nosotros éramos de lo más formalitos, porque las pobres, eran la mar de antipáticas, pero también es verdad que tenían que limpiar mucha mierda de los cuartos de nuestros vecinos, que no eran tan considerados como nosotros y, además de dejarlo todo tirao, muchos de ellos vivían como los gitanos: hacinaos cuatro o cinco en un cuarto como el nuestro (lo sé porque mientras limpiaban, dejaban la puerta de las habitaciones abiertas y se veía todo)... Poco después descubriríamos el tipo de gente que nos rodeaba en las otras habitaciones (muchos de ellos eran peligros públicos, de verdad…).

(Foto de JayLo de chacha (la Yenni, pa las amigas) de la surrealista (por no decir estúpida) película Maid in Mannhattan... Bueno, sí, de chacha, pero ahí va la tía y se enrrolla con Ralph Fiennes... No comments)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡5 dólares por hacer la cama y cambiar las toallas!

juliacgs dijo...

Nosotros no teníamos que pagar. El servicio era gratuito cada semana, pero si querías que te la limpiaran con más frecuencia, o todos los días, había que acoquinar... De todas maneras, siempre existía la posibilidad de pedir recambios de toallas o sábanas en recepción, sin esperar a que ellas vinieran.

No quiero ni pensar el agobio que hubiera sido si hubieran venido a limpiar todos los días... Es cierto que al cabo de una semana había bastantes pelusas en la alfombra, pero vamos, luego lo dejaban todo muy limpito... ¡Y dejaban encendido el aire acondicionado a 10 grados! (no veáis qué frío cada vez que entrábamos por la tarde, y ellas habían venido por la mañana... Teníamos que ponernos el abrigo mientras se calentaba la habitación...)