lunes, 30 de abril de 2007

The Black Mirror


Pues sí, pues sí… Os lo ha explicado él mismo en los comentarios de mi post anterior, pero Pablo nunca ha sido muy aficionadete a las aventuras gráficas, porque cuando se atranca, normalmente pierde la paciencia y se aburre, pero esta era mi oportunidad de engancharle, aunque fuera un poquito, a mi género favorito (en fin, tanto “PC Fútbol” no podía ser bueno, je, je)… Eso como el PC Fútbol (el FIFA-cognazo para los amigos) no se podía instalar en nuestro portátil-Piripitoto (sí, se llama así, es nuestro mejor amigo, muchísimo mejor que un perro, y hace mil veces más de compañía, qué queréis…), pues Pablo, de algún modo, se veía abocado a jugar conmigo... Hombre, también tenía que ser algo entretenido pa los dos… No me hubiera visto jugando a juegos de fútbol tol verano… Aunque lo mismo Arizona lo habría conseguido…

En fin, reconozco que cuando uno se atranca en una aventura gráfica puede perder las ganas de todo… Pero también existen las soluciones en Internet (trampa mortal… Si uno mira la solución, el juego ya no es lo mismo… Hay que intentar resistirse), o si no, hay que dejarlo reposar, macerar… ¡Normalmente se le acaba ocurriendo a uno la idea feliz!

Pero bueno, con el Black Mirror no tuvimos demasiado ese problema. Lo primero que hay que decir del Black Mirror es que NO ha sido en absoluto la mejor aventura gráfica que he jugado en mi vida... Una lástima, porque la verdad es que pintaba bien… No os la voy a destripar, pero la verdad es que el final la fastidiaba por completo... Y es que parece que las aventuras gráficas regulares siempre tienen que tener ese tipo de defectos: llegan a un punto en el que la historia se hace terriblemente inverosímil...

En fin. El Black Mirror arranca cuando Samuel Gordon vuelve al castillo de su familia, el Black Mirror, con motivo de la muerte en extrañas circunstancias de su abuelo, William Gordon. A partir de ese momento, se desencadenarán toda una serie de extraños acontecimientos, a cada cual más sospechoso y oscuro.

La verdad es que hay que decir que engancha, sobre todo por el "¿qué pasará?" y que es un juego bonito de ver (dentro de lo lúgubre y oscuro que es) y bastante fácil de jugar (fue una buena práctica para Pablo), pero como ya os he dicho, el argumento, y sobre todo el desenlace, es de lo más flojo que yo he visto... Además, otro defecto que tiene y que notamos mucho fue la falta de personalidad del pobre Samuel Gordon, un protagonista de aventura gráfica incapaz de darse cuenta de la ironía de su situación (supongo que mi querido George Stobbart, del Broken Sword nos tiene mal acostumbrados)... A fin de cuentas, Samuel acababa por resultar muy sosete…

Y hasta aquí puedo contaros. No voy a desanimaros si tenéis ganas de jugarlo, pero vamos, creo que si no habéis jugado a otras aventuras gráficas, merece más la pena que os iniciéis con juegos más divertidos, como el propio Monkey Island… Y dicho esto, tengo que agradecerle al Black Mirror la de horas de entretenimiento que nos brindó, allí, en nuestro retiro-encierro arizónico.

Además, solíamos comprar una tarta de chocolate (“chocolate cheesecake” para ser exactos) que estaba buenísima en el supermercado, y nos la zampábamos mientras jugábamos al Black Mirror… Y así nos pasamos varias tardes de sábado, bastante entretenidas.

Y como nos pasábamos bastantes horas jugando, pues nos lo ventilamos en poco tiempo... Luego Pablo jugó al Broken Sword I: La leyenda de los templarios, porque yo le convencí… Pero eso ya es otra historia.

2 comentarios:

eulez dijo...

Ajum, que manía que le tiene al "PC-Futbol", que es el FIFA, leches! Claro, como no podía jugar al "PC Futbol", pues me animé más con las aventuras gráficas. En realidad el Black MIrror es un muy buen juego, te pega hasta sustos y a veces la historia da miedo y acojona. El problema es que el final es muy malo y jode toda la impresión que se te queda del juego. A Julia se le ha olvidado comentar que también jugamos al Myst, y que todavía tenemos pendiente continuarlo. Aunque tal vez lo cuente en otro post.

Ruth dijo...

Menudo rollo... Por lo menos el Myst III Exile.
Miguel y yo intentamos jugar y era completamente imposible. Los "puzzles" como dice Julia no eran "puzzles", eran imposibles de adivinar, o lo mirabas en internet o no había nada que hacer y claro perdía toda la gracia.