¿Aire acondicionado dije? Ejem, ni eso. En realidad el centro comercial de marras no era un recinto cerrado, sino que las entradas de las tiendas daban directamente a la calle... No sé si habréis estado alguna vez en el Factory de Getafe, pero este centro comercial era parecido a la zona abierta (salvando las distancias de densidad de población).
Total, viendo que no íbamos a poder comernos nuestros bocadillos tranquilamente en algún lugar con aire acondicionado, salimos a los jardines de este Arizona Center, en los que, por lo menos, había unos árboles muy altos, unas fuentecillas y unos bancos donde sentarse. Como los árboles daban suficiente sombra, el calor no era tan agobiante. Aún así, no creo que nadie (nadie con trabajo y que no viviera en la calle) se hubiera sentado a comer allí en mucho tiempo. Los único seres humanos que había en el parquecillo eran un tipo con pinta de raro sentado un banco más allá del nuestro y una familia feliz americana que salía de comer de un restaurante del centro comercial, y que tenían así como 20 hijos.
Por lo demás, tampoco os creáis que el “centro comercial” este estaba lleno de gente, ¡qué va! Ni siquiera en el centro más importante y céntrico de la ciudad de Phoenix un sábado a mediodía había nadie (y eso que había un multicine de no-sé-cuántas salas)… Hombre, había más gente que habitualmente (del orden de quince personas pululando por el exterior de las tiendas cerradas y unas cuantas más en los dos o tres restaurantes que había abiertos). La foto con la que comienzo este post es mía, y en ella podéis apreciar la cantidad de público que había allí (si no veis a nadie, no es que estéis locos, es que NO había nadie).
Cuando nos acabamos mis deliciosos sándwiches (no sé ni de qué los había preparado, pero seguro que estaban deliciosos… ¡¡¡Seguro que hice algunos de pavo, que estaba muy bueno!!! Y los hice con “pan italiano”… O sea, una barra de pan normal y corriente), fuimos a darnos un caprichito a una heladería del centro comercial que habíamos visto al pasar. Era de la cadena "Cold Stone Creamery" (que se anuncia como "the ultimate ice cream experience", y no les falta razón), ¡tiene unos helados que son un pecado! Aunque no estoy segura de si iba a triunfar aquí tanto como, por ejemplo, los Ben & Jerry’s, porque la forma que tienen de preparar las copas de helado es bastante peculiar: le pides uno de los tres tamaños que ofrecen (Like it –del tamaño de una pelota de tenis-, Love it –del tamaño de una pelota de beisbol- o Gotta have it –del tamaño de una pelota de sofbol-, según las explicaciones de la propia heladería) de una de las creaciones o te inventas tú una combinación (si tenéis curiosidad, o gula, o ganas de fustigaros por no poder coméroslos, podéis ver una selección de sus helados aquí). Luego el encargado coge las bolas de helado necesarias, las aplasta, las semiderrite (siempre utilizando herramientas ¡no lo hacen con las manos!) y les añade lo que venga en la combinación: caramelo líquido, trozos de tarta o galleta, sirope, lacasitos, nueces u otros frutos secos, trozos de fruta, etc… La verdad es que se nos ocurrió pedirnos uno de los de tamaño medio a cada uno y casi nos sale el helado por las orejas. Mmmm… Sólo conozco un sitio en el que hacen unos helados más buenos que en este (y son del mismo estilo), pero está en Bremen… ¡¡Demasiado lejos como para pensar en ello!!
Después de nuestra dulce experiencia heladera, nos decidimos a salir a explorar un poco la zona, aunque ya no esperábamos encontrar nada del otro mundo, por lo menos, que no se dijera que no habíamos recorrido el centro de “una de las ciudades más importantes” de los USA…
En mi próximo y último post sobre la ciudad de Phoenix, os hablaré de otra curiosa peculiaridad local: los "hitos del orgullo fenixiano".
(Fotos: Una vez más, debo advertiros de que mis fotos son excepcionalmente buenas: ¡si hasta el triste jardincillo del Arizona Center parecía un oasis tropical! Bueno, un poco de oasis sí que tenía, pero ¡ de oasis en mitad del desierto! 1) Panorámica del Arizona Center, aquí caluroso sábado de agosto, 2) Foto increíblemente buena de la charquita del jardín, 3) Pablo, demostrando sus sentimientos hacia lo que habíamos visto hasta ahora de Phoenix, de Arizona y, por extensión, de EEUU, 4) Otra imagen del jardincillo y 5) y 6) Fotos de las copas de helado que nos zampamos respectivamente: Chocolate Devotion y Very Berry Good, de la página de Cold Stone Creamery).
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