martes, 12 de septiembre de 2006

La verdadera búsqueda de alojamiento

Esa misma tarde, después de dormir como auténticos lirones (¿qué queréis? Lemon Street nos había dejado cansadísimos) Me dispuse a llamar a todos los bloques de apartamentos que aparecían en un libro con un directorio que habíamos recogido por ahí… A pesar de todo, después de haber visto lo de Lemon Street, también empecé a pensar en otras posibilidades… De momento, las posibilidades que teníamos eran las siguientes:

1) La gente de la facultad había puesto en contacto a Pablo cuando aun estábamos en España con una chica que vivía… ¿¿¿A qué no adivináis donde??? Efectivamente, en Lemon Street, en un bloque de apartamentos llamado Riviera Palms, que estaba al principio de la calle (donde la calle solo daba miedo, todavía no llegaba a ser terrorífica). Ella se iba a su país, pero todavía tenía que pagar dos meses de alquiler de su contrato de 6, con lo cual, quería a alguien pa ocupar su piso durante agosto y septiembre. Antes de descartar la posibilidad por completo, quedamos en ir a ver su piso por dentro, y Pablo había quedado con ella por e-mail, para que nos pasáramos el sábado por la tarde… La verdad, no teníamos grandes esperanzas, sobre todo después de haber visto la calle, pero no nos rendíamos… ¡¡¡No podía ser tan difícil!!!

2) En el directorio venían algunos bloques de apartamentos que ofrecían cosas amuebladas… Lo malo era que lo amueblado parecía estar reñido con los dos meses que nosotros necesitábamos… No parecía fácil, pero chico, por ese lado también había que seguir insistiendo, aunque eso si: en los apartamentos lejos de Lemon Street. ¡¡¡Algunos de ellos hasta estaban en Phoenix!!!

3) Los hoteles que había mencionado la chica no parecían ser una idea tan descabellada… Investigue un poco más sobre el tema y descubrí que había muchísimos hoteles que tenían ese régimen de habitación tipo estudio de residencia de estudiantes, con cocinita y baño unidos al dormitorio.

En cualquiera de los casos, el presupuesto que habíamos imaginado en España se nos iba al traste, porque si lo barato eran los pisos de Lemon Street (y eso que todavía no habíamos visto el piso de Maliwan, la chica que quería alquilárnoslo), para poder vivir un poquito “normal” (ya no digo ni siquiera “bien”), íbamos a tener que desembolsar unas cuantas pelas… La opción de los hoteles era la peor en ese sentido, porque muchos de ellos estaban pensados para hombres de negocios, luego los precios se disparaban.

A eso de las cinco de la tarde, empezaron a saltar los contestadores automáticos de todos los bloques de apartamentos (la búsqueda, por ese lado, fue bastante inútil, porque la mayoría de ellos tenían alquileres mas largos de dos meses y la GRAN mayoría no estaban amueblados), así que me centré en la opción de lo hoteles. Al final acabe topando con un grupo de hoteles llamados "Extended Stay", que parecían responder a nuestras necesidades, sobre todo el que se llamaba Homestead (los demás, o eran mas caros o estaban demasiado lejos del campus… Y ahora sabiendo lo que era “lejos” aquí, prefería no tomarme a la ligera el asunto)… Mirando en el mapa, comprobé que el de Tempe, justo en la frontera con Phoenix y relativamente cerca del aeropuerto no estaba mal situado, así que lo hablé con Pablo, y decidimos añadirlo a nuestra lista de “posibles”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un king kong azul del tamaño de una casa, eso es de pesadilla. Por cierto, ¿cuándo volvéis al universo conocido, a la civilización? a veces parecéis refugiados...
bueno, a ver si ahora tengo más tiempo y me leo todo tu blog con detalle...pa' comentar a gusto ... ah, se siente, tu te has expuesto a ello haciéndolo. Y con el de Pablo voy a hacer lo mismo. Agarraos los pilinguines.
Bss
*d

juliacgs dijo...

¡¡Ja, ja!! ¿¿Los pinliguines??¡¡Agarrados están! ¡Miedo nos das!

Pues nada, si te gusta el nombre, ¡con él te quedas! (aunque creo que fuiste tú el primero que lo acuñaste...).

Volvemos el día 9 de octubre (un día después de mi cumple :-(, aunque nos comeremos una tarta de chocolate gigante mientras hacemos las maletas pa celebrarlo) y llegamos a Madrid el día 10, con esas cosas del cambio de hora...

Y eso, eso, anímate a leerte el blog (aunque haya momentos en los que me pongo un poco... coñazo) ¡que me hace ilu! (a riesgo de los comentarios que luego puedas escribir...).

¡A ver si tiro p'alante con la historia y me da tiempo a contaros por el blog algo más antes de contároslo en persona!

Besos!!!

Julia