jueves, 9 de agosto de 2007

Mensch, Fran! Du bist verheiratet!*

* Broma que Fran seguro entenderá (y los que habéis estudiado alemán con el libro Themen Neu 1, si hacéis memoria, también os acordaréis)... La frase simplemente significa: "¡Hombre, Fran! ¡Te has casado!"

Antes de que Pablo y yo nos escapemos a París, me toca poner este post, que ya estaba tardando… Un buen día arizónico, de esos en los que yo andaba currando en el hotel (o más bien, peleándome por conectarme a la maltrecha red del Homestead), con el Piripitoto, el Skype, con el usuario de Pablo, se me conectó automáticamente y de repente Fran también se conectó, y así, hablando, hablando me soltó el notición: ¡¡¡¡Se iba a casar con Ale al año siguiente!!!! (O sea, ahora. Hace poco más de un mes que se han casao)… La verdad es que no me contó mucho, y mira que yo intenté tirarle de la lengua, pero nada, no me enteré ni de cómo se lo había propuesto, ni de cuándo iba a ser la boda (bueno, eso él tampoco lo sabía todavía)… Sí me contó que iban a celebrar aquí en Móstoles la ceremonia civil, y la religiosa en Argentina (para los que no lo sepáis, Ale es argentina)… En todo caso estos chicos son la mar de internacionales: a día de hoy, ella vive en Tenerife, él vivirá en Bolonia desde septiembre hasta diciembre (ha estado viviendo allí durante los dos últimos años) y las familias de ambos viven la una en Argentina y la otra en Móstoles, así que… ¡Todos desperdigaos por el mundo! En fin. Espero que pronto os podáis asentar un poquillo más (¡y nosotros que vayamos a visitaros!).

En fin, ese día fue uno de los interesantes (mira que había pocos días así, en los que pasaran tantas novedades): Como justo ese día había entregado un trabajo y teníamos la tarde libre, nos fuimos Pablo y yo a ver Little Miss Sunshine, de la que ya os he hablado (y os volveré a hablar un poco más en el próximo post, pero eso será cuando volvamos de París, ¡¡¡que nos vamos esta misma tarde!!!).

(Fotos: 1) Los recién casaos, al natural, sin necesidad de haberles retocado con el Photoshop, 2) Todo el grupejo de "impresentables", tós mu guapos, eso sí: David, Nuria, Ale-recién-casá, Fran-werst-recién-casao, una servidora, Pablo-euleriano, César-bostoniano).

miércoles, 8 de agosto de 2007

Labour Day y detenciones policiales

El principio de septiembre me pilló bastante ocupada, Así que me solía quedar trabajando hasta tarde y luego, por las mañanas, me levantaba tarde (cuando el sol estaba alto en el cielo y pegaba que daba gusto) y me dedicaba a trabajar hasta la hora de la comida, en la que solía ir a comer con Pablo al campus. Sin embargo, los primeros días de septiembre me quedé encerrada en la habitación, curra que te curra, casi hasta el 5 de septiembre.

Uno de esos días, el lunes 4 de septiembre, Pablo se fue para el campus, y me llamó para decirme que, aunque nadie le había avisado, resulta que era el día del trabajo… Sí, muchachos: el día del trabajo es el primer lunes de septiembre, en lugar del 1 de mayo. Que lo sepáis, por si acaso os hace falta… Pablo se volvió para casa en seguida y seguramente estuvo jugando el resto de la tarde al Broken Sword.

Otro de esos días, no me acuerdo cual (no fue el mismo día, de eso estoy segura), aún estaba durmiendo cuando sonó el teléfono... Lo cogí, y lo primero que escuché fue a Pablo diciéndome: "Juli, me ha detenido la policía"… ¡¡¡Lo que nos faltaba!!! ¡El colmo ya! No se puede decir que no tuviéramos una estancia cargada de "experiencias".

Pues sí, resulta que como nos daba miedo ir por la calzada con la bicicleta porque los conductores de cañoneros conducían como locos, así que la mayoría de las veces solíamos ir por la acera, y para más inri, por la acera contraria, porque de esa manera, podíamos ver mejor cómo se nos echaban de encima esos kamikazes en los cruces… Lo que aquella mañana había ocurrido fue que Pablo había hecho exactamente eso, ir por la acera, y en sentido contrario, en las inmediaciones del campus. En esas, se encontró con un "representante de la ley" encaramado a su moto de la policía de Tempe, que le paró y le aleccionó de manera paternalista sobre lo mal que lo estaba haciendo… Bueno, en un principio, le preguntó si sabía lo que estaba haciendo mal, y claro Pablo se hizo el guiri… Está claro que era una de las alternativas más fáciles, ¿verdad? Pero no le sirvió de nada, porque el poli, muy paternalista, eso sí, le cascó una multeja de más de 100 dólares... Eso sí: también le daba la oportunidad de asistir a unas clases de educación vial, pa enseñarle a montar en bici, y de esa manera, se le reduciría la multa... Ya os contaré porqué no pudo hacerla (me hubiera encantado que la hubiera hecho… ¡No hubiera tenido desperdicio!).

Como Pablo ya me había puesto sobre aviso, cuando yo fui posteriormente al campus, iba con los ojos puestos en la poli, y efectivamente, allí estaba el mismo pavo, ligando con una rubia en una esquina (gracias a eso no me paró a mí también, porque yo también iba por la acera, aunque me bajé de ella en cuanto lo vi...)… Posteriormente, nos enteramos de que esto no pasaba de ser simplemente una campaña de recaudación de impuestos indirectos que, por lo visto, se repetía todos los principios de semestre: con la excusa de aleccionar a los nuevos estudiantes, Tempe llenaba sus arcas gracias a las contribuciones de los "incautos" que íbamos por la acera para no morir arrollados (eso sí, a los fitipaldis de los cañoneros que doblaban las esquinas con los semáforos en rojo campaban a sus anchas)... Este incidente no sólo fue otro “meneo” para el bolsillo de Pablo, sino que también supuso para nosotros otra incomodidad más: a partir de entonces, nos comportábamos como "fueras de la ley": cada vez que veíamos un coche de policía, nos poníamos nerviosos y nos bajábamos rápidamente de la acera (por supuesto, lo de ir en sentido contrario al sentido de la circulación se acabó en aquel mismo instante)… No volvimos a ganarnos otra multa, pero no estuvo de más ir pendientes, porque nos zafamos de varios coches de policía demasiado interesados en los no-conductores -¡hippies, más que hippies!- (si os digo que un día, hasta llegamos a ver cómo les ponían una multa a unos homeless que llevaban un carrito, porque lo llevaban por la acera…). Vamos, que no sólo no era habitual usar la acera, ¡sino que encima se consideraba una infracción!

Lo dicho, vamos… Un encanto de país…

(Fotos: 1) Salida de la calle 13th con el cruce de Mills Avenue: lugar en el que comenzaba el campus ¡y había que ponerse las pilas por los polis!, 2) Bueno, esto no fue exactamente lo que le pasó a Pablo, pero yo me los imagino, a los muy animales..., 3) Igualito, igualito que el que paró a Pablo... ¡Parece que en cualquier instante se vaya a liar a cantar el YMCA de los Village People!, 4) El anfiteatro del campus de la ASU, junto al que detuvieron a Pablo).


martes, 7 de agosto de 2007

Rejugando al Broken Sword I: La leyenda de los templarios

París en otoño; los últimos meses del año y el final del milenio. Tengo muchos recuerdos de la ciudad: los cafés, la música, el amor... y la muerte.” – George Stobbart





Ya os lo anuncié hace tiempo, pero quería hablaros con un poco más de detalle sobre el Broken Sword: La leyenda de los templarios que, sin duda, es mi aventura gráfica favorita. En el primer post sobre el Black Mirror, ya estuvimos comentando muchas cosas, porque le pasé el juego a Ruth, que estuvo intentando instalárselo.

El asunto es que Pablo, con el gusanillo que el Black Mirror le había proporcionado, se puso a rejugar el Broken Sword 1, porque es mi aventura favorita, y él, aunque la había empezado, nunca había tenido la paciencia de terminarla.

Como podéis ver en el vídeo que os pongo, que corresponde al principio del juego y que a Pablo tanto le ha costado montarlo (hay que ver qué difícil es hacer vídeos de juegos antiguos… ¡Gracias Pablo!), os da una idea del argumento del juego: George Stobbart, un turista americano que está visitando París durante esos “últimos meses del milenio”, se ve envuelto en un extraño accidente: un desconocido vestido de payaso comete un atentado en el café en el que George se estaba tomando un café tranquilamente. Pronto conocerá a Nicole Collard, una ambiciosa periodista francesa de segunda que está buscando una exclusiva para poder triunfar... Entre los dos, tratarán de resolver el misterio del atentado, que en seguida les conducirá a verse envueltos con la secta de los templarios, que últimamente se ha hecho tan conocida...

Pues sí, pues sí… Estaréis pensando “¡¡¡Cómo me recuerda esto al Código Da Vinci!!!”, pues nada, que sepáis que el Broken Sword I es de 1998 (mi hermano y yo nos lo compramos por una colección de videojuegos que venía con El Mundo en 1999) y el Código Da Vinci se publicó en 2003… Está claro, ¿no? (O sea, que el puto Código Da Vinci, además de ser malo, ni siquiera es original... Mmm, perdonadme, los amantes del best-seller... Pero es que le tengo mucha manía...).

El mayor problema del Broken Sword (de los dos primeros juegos de la saga, para ser exactos), es que, como es un juego antiguo pensado para el Windows 95 o 98, da muchísimos problemas a la hora de instalarlo (Ruth os lo puede contar, ella todavía no lo ha conseguido)… No sé cómo irá en el Windows vista (supongo que mal, por lo que me ha contado Pablo, ese sistema operativo no funciona demasiado bien en ningún aspecto), pero en el Windows XP sí que puede funcionar, si se aplica el modo de compatibilidad. Aquí se explica cómo hay que hacerlo. Os traduzco el parrafito en inglés que explica cómo instalar el juego, por si acaso cae en vuestras manos, ¡o si me lo pedís y yo os lo paso!:

Cómo instalar el Broken Sword: La leyenda de los templarios

El Broken Sword 1 en realidad estaba diseñado para la plataforma DOS, así que probablemente encontrarás muchos problemas si lo intentas instalar en otros sistemas operativos.

En primer lugar, traté de instalar el juego sin hacer nada y parecía funcionar bastante bien hasta el momento de elegir el nivel de instalación. Aunque tenía más de 15 GB de espacio libre en mi disco duro, el programa de instalación decía que no tenía más de 15 MB. Así que llegó el momento de configurarlo un poco... El Windows XP utiliza un nuevo método para controlar las particiones del disco duro y eso es lo que causa el problema. Una solución es llenar tu disco duro hasta que tengas menos de 6 GB de espacio libre. Esta es una manera de hacerlo, pero yo propongo otros métodos...

El Windows XP viene con una característica que se llama compatibilidad. Lo que hace básicamente es que ejecuta tus programas como si los arrancara en Windows 95/98/Me/NT/2000, en realidad, eso es decisión tuya. Ya que el Broken Sword está diseñado para DOS, pero también se ejecuta en Windows 95, es lógico que esta sea la opción más adecuada. Sin embargo, el modo Windows 98 debe funcionar también sin problemas.

Empecemos el “craqueo legal” del Broken Sword… En primer lugar, deberías tratar de instalar y ejecutar el juego sin cambios, el hecho de que funcione o deje de funcionar depende totalmente del sistema y del ordenador (y yo añadiría que de la santa providencia). Pero si tienes problemas, abre Mi PC y después, la unidad de CD en la que hayas insertado el disco del juego (te advierto que, inexplicablemente, a veces funciona en la unidad de CD, y otras veces, en la de DVD). Nota: No pinches dos veces, porque si lo haces, normalmente salta el autoplay. En su lugar, pinche con el botón derecho en la unidad de CD y elija “Abrir”. A continuación, busque el archivo de instalación de las plataformas de Windows, que se llama setup.exe. Después, pincha en Propiedades. Tiene que haber tres pestañas en la parte superior de la ventana, selecciona la de “Compatibilidad”. Pincha en la casilla del modo de Compatibilidad y selecciona el sistema operativo. Te recomiendo que selecciones Windows 95. Ahora, pincha Aceptar. Y ya está. Ejecuta el archivo setup.exe e instala el juego.

Yo ya no tuve más problemas a la hora de ejecutar el juego, pero esto no significa que el juego tenga que ejecutarse bien del todo. Así que es razonable si aplicas también el modo de compatibilidad para ejecutar el juego. Busca el directorio en el que hayas instalado el juego (C:/Sword/, por defecto) y aplica el modo de compatibilidad en winswird.exe de la misma manera que con setup.exe (si no estás seguro, aplica el modo de compatibilidad a todo lo que te parezca medianamente ejecutable).

¡Ya está! ¡Disfruta de mi aventura gráfica favorita!

Nota: Soy consciente de que esto puede no funcionar, pero no tengo respuestas para todos los problemas que se puedan presentar por culpa de lo de la incompatibilidad de sistema operativo... En algunos casos el ordenador te pide insistentemente el CD1, y cuando lo metes, no te hace ni caso... A veces, funciona reiniciar el ordenador, y a veces no hay quien le convenza de que el CD1 está ahí, disponible...

ACTUALIZACIÓN IMPORTANTE: Eulez ha descubierto (ver comentarios) que todo lo descrito anteriormente funciona sólo en el caso de que instaléis los CDs originales (aunque luego juguéis con CDs copiados). Si tratáis de instalar los CDs copiados, el error más común que aparece es que parece que lo instala todo bien, pero luego deja de reconocer el CD1, y lo pide insistentemente "Introduzca el CD1". Es una auténtica lata, lo sé... Aún no hemos encontrado solución a esto. Eulez recomienda buscar algún crack (mmmm, ignoramos si existe alguno que corrija ese problema) o hacer la copia del original con el Daemon Tools o similar.